Durante la clase de hoy vimos un documental llamado "Pulso al fracaso" donde se muestra el funcionamiento de los centros de segundas oportunidades. En ellos se atiende a jóvenes de entre 15 y 29 años que han salido del sistema educativo. Se utiliza un programa innovador basado en una atención personalizada y refuerzo de las competencias básicas para acercar a los jóvenes al mundo laboral.
En muchos casos se tienen que dejar un poco de lado los contenidos curriculares para atender otras necesidades como las de convivencia entre ellos, ya que muchas veces surgen problemas que no saben cómo solucionar de una manera pacífica y respetuosa con el resto. Además, en estos centros se le da gran importancia a una formación práctica enfocada a unas futuras prácticas en una empresa, lo cual motiva mucho a los alumnos para mantenerse atentos en las clases y sentirse útiles en un futuro.
Me llama mucho la atención la capacidad de los profesionales de estos centros para diseñar métodos alternativos que ayuden a los jóvenes no solo en el ámbito profesional sino también personal ya que muchos de ellos se encuentran en estas situaciones debido a que no han sido atendidos debidamente en el pasado.
La labor del docente me parece muy complicada ya que además de mantener la tranquilidad en una clase de bastantes alumnos, deben tratar de explicar los conceptos básicos de forma que capte la atención de todos ellos y a su vez, "tener un poco de mano izquierda" a la hora de exigir que se cumplan las normas.
Otra parte muy importante de estos programas es la relación más allá de profesor-alumno, es decir, este conocimiento personalizado de los jóvenes por parte de los profesores puede ayudarles a confiar en sí mismos y a responsabilizarse de sus acciones en vista de un futuro en las empresas gracias a estos profesores que para ellos pueden convertirse en sus referentes.
La segunda parte de la actividad consiste en comentar una de las funciones docentes según la Ley Orgánica 2/2006 de 3 de mayo de educación, artículo 91.1. e) La atención al desarrollo intelectual, afectivo, psicomotriz, social y moral del alumnado.
En cuanto a la función que me ha tocado por azar, creo que en estos centros se cumple por completo, ya que la atención personalizada y el conocimiento del alumno más allá de las aulas permite atender todas sus necesidades.
Por un lado, el desarrollo intelectual, en clase se parte de competencias básicas, las cuales, necesitan afianzarse para después poder desempeñar tareas más prácticas enfocadas a un puesto de trabajo o también ampliar estos conocimientos en un futuro.
Además también se tiene en cuenta el desarrollo afectivo ya que se conocen las situaciones familiares de los alumnos y cuales son los motivos por los que se encuentran en estos centros gracias a una primera entrevista y también a un seguimiento durante su estancia en el centro. También se promueve aprender a convivir y respetar al entorno mediante el cumplimiento de normas en algunos casos estrictas para despertar el sentido de la responsabilidad y la importancia de las consecuencia de algunos actos.
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